Hasta siempre y los meses pasaron cadenciosos,
Y con ellos la vida. Después de tanto frío,
Después de tanta espera, el recuerdo te quema
Por dentro como un cáncer que ardiera en tus entrañas.
Ha llegado diciembre para toserte al oído
Que lo mejor hubiese sido escribir los versos
Que no escribiste nunca, o de no haberla dejado
Escapar, o volarte la tapa de los sesos.
Tesán
Donde cundan los almohadones rotos, y el desorden salio una bicicleta hacia la fabrica nuevamente. Arduo dia, ya no entienden los ojos como caen las cosas y llenos de especias armenias son refregados hasta recuperarse del nuevo hastio. En las comisuras del cuerpo corren el agua y la sal.
Frente a la pantalla, el calor de las fibras sinteticas de las silla es como pegarse a las rejas de un holocausto en verano con el Sol pegando.
Un hilo de cobre me atravieza el pecho; antiguas desiciones, efluvios mal tomados y devueltos, favores traicionados.
Pero una luz se asoma en el teatro de titeres por el tul negro, sostenido por un palito, el astro magno que quemaba la piel en la prision se convierte en un falso amor tan potente que el cuerpo cree que es de verdad.
Late el pecho.
Tiene el nombre del rey, ella que no existe realmente.
Asi una vez mas la alquimia mental, un juego que abusa de la propia quimica quizas a riesgo de que fallen todos los farmacos actores de segunda que sostienen con su coro el eco del escenario griego donde hoy, se montan las maquinas para que se acoplen, y sufran con una sonrisa.