11.8.04

Todos los seres humanos, en todas las épocas y durante su existencia responsable siempre se han visto impelidos a buscar una explicación que les permita conocer las leyes que rigen el universo y tal vez lo más importante, su origen, la razón de su existencia y paso por este planeta.

Es evidente que buscar una respuesta fácil, ya sea desde el punto de vista netamente científico, filosófico o religioso, sería a todas luces incorrecta pues nos encontraríamos ante la parcialidad de un conocimiento que desde sus particulares puntos de vista, lo haría, pero de aplicar uno solo de ellos, caeríamos en un dogmatismo en virtud de que cada uno descalifica al otro y le niega veracidad.

Desde la antigüedad, los sabios y los científicos han escudriñado los secretos del universo. Por ejemplo, Galileo Galilei descubrió algunos hechos acerca del movimiento de los planetas: la Tierra viaja alrededor del Sol a una velocidad aproximada de 150,000 kilómetros por segundo ¿Qué o quien es el autor de dicho movimiento? Una galaxia posee aproximadamente 100,000 millones de estrellas, casi las mismas neuronas que tiene un cerebro humano, una sinapsis se lleva a cabo a una velocidad de 360 kilómetros por segundo, la misma que requiere alcanzar una nave espacial en su punto máximo, para poder liberarse de la fuerza de gravedad de la Tierra ¿Qué o quién estableció dichas analogías? Einstein descubrió la curvatura del tiempo, la velocidad de la luz como una constante en el universo, la posible transformación de la materia en energía, su fusión, manifestación de diversas formas y confirmó que ésta no puede ser creada, o destruida, solo puede ser transformada, alcanzó a vislumbrar que el poder invariable que se encuentra implícito en la energía podría ser la imagen y semejanza del Creador, pero no pudo avanzar más en ese conocimiento ¿Qué o quién estableció esas leyes?

Los ateos y escépticos demandan pruebas perceptibles de la existencia de Dios, pero no se dan cuenta que en todo lo que es se encuentra implícito, todo lo que hay en el universo desde las partículas subatómicas hasta las galaxias tienen una forma.

Aunque ha habido variedad de creencias, ciencias y doctrinas de toda índole, siempre se ha hecho énfasis en la búsqueda de la verdad ¿Qué es lo racional de esta búsqueda? La única razón posible es que ésta es una y debe buscarse en todo y en todas las cosas.

En uno de sus libros y discursos Hermes, dice ?Comprender a Dios es difícil, hablar de Él es imposible? o bien lo que dijo René Descartes ? Dios es aquello en cuya comparación nada puede pensarse mayor; más lo que de tal modo es, que no es posible pensar que no exista, es más verdadero que aquello de lo que puede pensarse que no exista; luego, si Dios es aquello en cuya comparación nada puede pensarse mayor, no es posible pensar que Dios no exista.?

La búsqueda pues debe enfocarse a encontrar en todos y cada uno de ellos, lo que yo llamaría ?pequeños trozos de verdad? y que indudablemente todos tienen, aceptando que la verdad no puede ser absoluta en la medida en que desconozcamos a ciencia cierta cuales son los principios básicos que rigen al universo y por ende al ser humano.

Aquí es donde, tanto las religiones, como la filosofía y la ciencia, se olvidaron de un importante hecho: EL HOMBRE MISMO como la posible respuesta a todas las interrogantes antes planteadas, el interior de cada hombre, su aspecto psicológico es un campo de estudio fértil e inexplorado, pues se trata de un trabajo meramente individual que sumado al conocimiento ordinario, contribuye grandemente a desentrañar otros de los grandes enigmas ¿ Qué es en realidad un ser humano? y ¿ Cuál es en realidad el significado de su existencia?

Para comenzar, todo hombre tiene que entender o por lo menos tratar de entender al universo y el lugar que ocupa el ser humano en éste, formar como decía Ouspensky, ?su propio modelo del universo por más imperfecto que éste sea?. Sólo quienes conocen esto, pueden acercarse a la verdad o como dijo Goethe ?El Hombre se conoce a sí mismo sólo en tanto conoce el mundo; conoce al mundo dentro de sí mismo y tiene conciencia de sí sólo dentro del mundo?.

Tomando como base lo anterior, nos podemos percatar que el ser humano vive sumido en un sueño profundo, en una ilusión individual y colectiva, basados que lo que Roger Bacon consideró como una de las causas del error humano, refiriéndose concretamente a la pereza mental de quienes aceptan algo como verdadero, simplemente porque ha sido dicho por sus antepasados. Ejemplos tales como las guerras, desnudan la impotencia de los individuos frente los hechos que se encadenan y precipitan y aunque se esgriman diversos argumentos para explicarlos, lo que es evidente es que todo se encuentra fuera de su control, esto es, actúan de forma mecánica, con lo efímero de sus opiniones y lo sin sentido de sus acciones, sin darse cuenta de que son la expresión manifiesta de la inteligencia de Dios sobre este planeta, dicho de otra forma ESPÍRITUS, pero esos espíritus están dormidos, ?muertos? pues lo que anima al ser humano es una gran cantidad de conductas adquiridas y contradictorias entre sí, grabadas en la maravillosa computadora orgánica llamada CEREBRO, que siendo la digna casa de un espíritu y el medio primordial para su liberación, la gente no usa sino para cosas vanas, ruines y mezquinas, como lo son todos los movimientos que en su diario andar realiza ésta.

Es aquí donde surgen las ideas liberadoras del conocimiento contenido en el llamado Cuarto Camino donde se plantea de forma lógica y objetiva la real condición del humano, que vive perpetuamente sumido en una fantasía imaginativa y perceptiva, la que se torna más dramática si se considera que se tienen establecidas relaciones con otra multitud de dormidos, es decir, como decía Jesús ?Ciegos guiados por ciegos?.
Es así, como a principios del siglo XX, George Ivanovitch Gurdjieff trajo al occidente un "nuevo" método que llamó el "Cuarto Camino" para completar la evolución personal interior, que es la única tarea que merece la pena de tomarse en serio dentro de esta existencia.
Se dice nuevo, porque derivado de sus extensos viajes al Oriente y de sus investigaciones presenta un conocimiento ancestral, que hasta ese entonces solo era conocido por unos cuantos y que de alguna u otra manera se encontraba disperso en un mar de documentos, símbolos y personas que ya lo habían difundido con antelación pero que debido a la deformación provocada por la forma de transmitirse, no había llegado al común de la gente en su forma original y mucho menos con las intenciones de quienes en su momento lo comunicaron.

A esta tarea se suma Piotr Demianov Ouspensky, científico ruso que previamente ya había incursionado en lo que él llamó ?la búsqueda de lo milagroso?, concibiendo que la existencia del hombre no podía ser reducida a su simple paso por el planeta, que su vida debería tener un verdadero significado y que si lo había, debería encontrarse en lo que él llamaba conocimiento esotérico, mismo que de alguna manera estableciera la forma de lograr la posible evolución del hombre en algo superior a sí mismo y que para ello era imposible que un hombre solitario lo lograra, deberían existir escuelas y guías para ello.

Después de las muertes de Gurdjieff y Ouspensky y hasta nuestros días, comienzan a surgir alrededor del mundo, una multitud de ?escuelas?, que se arrogan ser las transmisoras fieles de este importante conocimiento, las que en su mayoría no lo hacen con la debida fidelidad, toda vez que como suele ocurrir en estos casos, se alejan notablemente de las fuentes que la dan origen.
Por ello el buscador, se encuentra ante la difícil situación de encontrar una ?escuela correcta? y no una ?imitativa?, parafraseando lo dicho por Ouspensky, un maestro y un guía verdadero y no la serie de charlatanes que pululan y una vez que lo halla, determinar que tan fiel en su enseñanza con base en las fuentes originales del mismo.

Alfredo Gerardo De Sanjuan Jiménez