18.1.10

Todo lo que haces en la vida es para pasar el cigarro

Un té, un mate infusionando en una taza por una hora. Es verano, se queda tibio por siempre.
Cae una flor del cactus, blanca y hermosa, el desierto da sus frutos en plena pampa.

Soltamos la resistencia, y la boca se llena de agua y de palabras. Dejamos de ver, soñamos con tardes aburridas pero seguras, seguras del mañana, la última taza.

Los pensamientos pasan pero las reverberaciones de las palabras rebotan en éste cráneo sulfatado de humedad, hoy. Por esa misma razón estoy contento de los aromas, pero humilde al pensar en el futuro de la voz inmiscuyendose en paisajes indebidos y debilitando la esencia de las flores que vuelan libres en los desiertos. No soy quien, no estoy limpio y la duda agranda las distancias. Entonces me callo.

Dulce y cauteloso ve, sin miedo de hablar.
Es que, son conocidas las espinas eléctricas.
Pero los pasos del universo sobre éstas teclas...

Voluntad, que cree regir el deseo te voy a cortar
Quién arrastra éste cádaver?.

Terminando de tomar, lavo mi taza.


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